Juan Miguel Hernández Gascón

Juan Miguel Hernández Gascón es de Valencia. Actualmente reside en Barcelona.

Economista de profesión, ha publicado ensayos sobre estructura económica, sistemas productivos locales, empresas de alto crecimiento, multinacionales industriales y política de clusters.

Es autor de novela y de guion cinematográfico.

Su obra

Novela

Ella cuando estaba Ed. Edebe (2012)

Gente rara en situaciones comprometidas Ed. Suma (2015).

Guion cinematográfico

Hazlo por mí (1997)

Mar Rojo (2005)

La crítica a calificado su novela como de una hiriente lucidez.

De su novela Ella cuando estaba, Enric Alberich de La Vanguardia publicó esta reseña:

Autor de numerosos ensayos sobre economía industrial y competente guionista cinematográfico, Juan Miguel Hernández Gascón debuta como novelista con Ella cuando estaba, una tarjeta de presentación que no tiene mucho de primeriza, tal es su contundencia conceptual, su solidez estructural, su firme apuesta estilística y su hondura en el análisis de personajes y situaciones que destilan el preciado poso de lo vivido.

Ella cuando estaba alimenta la convicción de que todos arrastramos una triple existencia: una vida pública, una vida privada y una vida secreta. Y es esta última, la que esconde lo más recóndito de nuestra personalidad, a menudo lo más inconfesable, la que interfiere de manera decisiva en la modulación de las restantes y la que mueve los hilos de muchas decisiones cruciales.

El núcleo argumental de la novela gira en torno a una cena entre dos parejas de mediana edad y de disímil posición social. Lo que en principio debía ser una más o menos agradable velada termina convirtiéndose en un áspero infierno íntimo para todos los asistentes, precisamente porque las vidas secretas de cada uno asoman y se imponen a las convenciones, emanan con tanta fuerza que dinamitan falsas apariencias y autoengaños.

En esta orientación, la mirada del autor sobre las relaciones sociales y de pareja en la sociedad urbana contemporánea está asimismo exenta de cualquier atisbo de hipocresía.

Se trata de una visión no ya cáustica o irónica, sino desesperanzada, regida por una hiriente lucidez, tan sangrante como una herida de imposible cicatrización. La idea de la comunidad como refugio se advierte puro espejismo, no en vano nos hallamos ante una mera acumulación de soledades, en las que el paso del tiempo tiende a actuar como un aditamento letal.

El autor, pese a todo, muestra una especial habilidad para meterse en la piel y en la mente de todos y cada uno de sus personajes, conciliando su óptica crítica con la comprensión hacia sus criaturas, lo cual no supone, desde luego, un mérito menor. Presidida por una prosa cortante y directa, esta novela es una obra no apta para corazones románticos, pero que anuncia sin titubeos la irrupción de una nueva voz a seguir en el ámbito de nuestra narrativa.